Inicio » Crónicas domésticas » Embarazo » CUANDO YA SALES DE CUENTAS
Hoy quiero confesar… que estoy algo cansada (que lo estoy), pero el tema que quiero tratar (más bien retomar) es el tema pródomos cuando ya se acerca la fecha de parto. Que si antes era un soberano coñazo, ahora son el empujón definitivo a la neurosis de una mami ‘preocupona’.
Yo que pensaba que en estas fechas ya me habría liberado de las ‘inquietudes neuróticas… Pues resulta que aquí Don Pablo (al que recordaréis de anteriores entradas cuando, por ejemplo, intenté retener ante el riesgo de parto inminente). Ese mismo, se ha atrincherado en mi barriga y de ahí no sale.
Hablemos otro poco de los pródomos
(O ese amago de parto que queda en nada)
Ahora que ya he salido de cuentas me tomo más en serio la cronometración de contracciones, así como cualquier indicio de parto inminente (imaginadme por un momento, concentrada, en silencio, escuchando mi cuerpo). Teniendo ya más que diferenciado el concepto contracción de un retortijón o un cólico, gracias a la prontitud de las mismas en llegar. Jolín, que llevo con la chufla ésta de que parece que estás de parto –pero no– desde la semana 35.
Entre unas cosas y otras nos hemos plantado en la semana cuarenta (final de la gestación humana, dicen). Y ¿cómo me encuentro? Pues hecha una piltrafa y esperando con regocijo el temido parto. Aunque solo sea por que paren las inquietantes contracciones que ‘prodomizan’ tu entrada en la maternidad. Que no serán las auténticas (miedo me dan), pero doler, duelen, ya os lo digo. Que una servidora será muchas cosas, pero el dolor lo aguanto como una espartana.
Ya aburrida del tema ‘preñil’ y hasta el útero de revisiones, ecografías, tactos, monitores y demás actividades divertidísimas que nos programan a las ‘preñonas preocuponas’ (imagino que para tenernos entretenidas y que no vayamos mucho en modo histérica psicópata cada vez que sentimos algo -aunque sean gases- a colapsar las Urgencias).
Coñacismo preñil
Mi cuerpo serrano quiere desalojar a la mayor brevedad al alien, y me lo hace saber a través de las puñeteras contracciones. Contracciones, dicho sea de paso, que aunque constantes y tocapelotas, no llegar a ser todo lo regulares que a mi gine le gustaría:
«Cada cinco minutos durante, al menos, una hora y progresivamente más y más dolorosas»
(Acojonada me hallo)
Si lo que he estado viviendo era una preparación… Ufff, qué mal rollito cuando sean de verdad.
En mi última revisión…
A la que casi no llego después de perder el autobús y pegarme una caminata ‘proparto’ acelerada y enfurecida. Llego a consulta.
Primero me regañan
Porque -aunque estamos en pleno invierno- entro sudando y taquicárdica. Alego que el ejercicio es recomendable para la diabetes y de paso igual animaba el «asunto». Me mira, y sigue escudriñando vete tú a saber qué datos en su ordenador y mi historia (el tochazo encarpetado).
Ya metidos en faena
Me tumbo en la camilla. Con los achaques propios de la ‘preñéz’ más los que me vienen de serie, con más sueño que siete y después de haber pasado una noche horribilis de contracciones irregulares.
Me vuelven a hacer un tacto
(¡Qué viva el ‘jipismo’ a la hora del sobeteo!). Otra vez con público que se une. En fin. Me dice que ya tengo el cuello ‘fofiblandi’ y dos centímetros ‘holgadetes’ de dilatación. Algo que me anima infinito. Pero añade, que eso en una primeriza ‘añosa’ (qué ataque más gratuíto) no significa nada, puedo parir en horas, días o semanas. Yupiiiiiii.
Me pasan a monitores
(Otra vez atada a una camilla horita y media). Me comentan que los picos de contracción aunque no regulares, son altos. Pues qué bien, ya me puedo ir a la cama (no te acostarás sin saber algo más).
Paso a consulta con el endocrino
Se ha apiadado de mí y me ha retirado la dieta. (Llevo todo el día en una montaña rusa de emocional). Porque según está viendo en el ordenador (supongo que lo que han añadido hace unos minutos desde gine y fisioterapia fetal «monitores, para los profanos»). No llegaría a la próxima revisión diabética.
Aquellas alentadoras palabras ya me han dejado nerviosita perdida para todo el día.
Minideclaración de intenciones
PUEDO PROMETER Y PROMETO:
Que si sales pronto y sin dar mucha guerra…
Habrá ración diaria de goloseo para que la leche te salga como es debido, condensada.
Te daré la razón una vez al mes en las peleas con tu abuela, aunque no la tengas.
No cotillearé en tus libros/PC/iPad/móvil o lo que se tercie en el futuro.
Si se acerca la fecha y no respondes…
Haré dieta estricta y se acabaron las chuminadas «de contrabando» que te estás metiendo, amigo, durante muuucho tiempo (esto sí que es sacrificio ‘proparto’).
Lo primero que cates con la introducción a frutas será un limonaco bien ácido.
Cronometraré tus horas de videoconsola y PC al segundo, y por supuesto seré un troll en tus redes sociales.
Cuando quedes con tus amigos usaré bromas y chascarrillos de cuando era moza para abochornarte (por encima de lo que te tendré habituado).
Como: cantidubi, me piro vampiro, efectiviwonder, etc
Y hasta aquí la tontería de hoy, me despido, no sin antes preguntar:
¿Debería añadir algo a la lista de amenazas?

Llegué a ese momento en el que tengo sentimientos encontrados respecto al parto, por un lado ya estoy aburrida del embarazo y por otro me asusta la idea de ser madre.

Hola a todos, retomo el blog para ir narrando, a modo de ‘crónicas preñiles’, mi experiencia durante este embarazo. Ah, que no os lo había dicho, pues sí, ¡¡estoy esperando un bebé!! Y es que, ante semejante notición te surgen dudas sobre cómo compartirlo con amistades y familia, evidentemente, esto es un tema (…)
Mi hijo se ha hecho YOUTUBER y es un agotamiento se hace llamar Pablo Matamiento

- No escribo cosas tan interesantes como para invadir tu correo cada vez que publico cualquier mierda
- Pero sí, te animo a guardarme en favoritos por si algún día te apetece regresar
Eliminando parasitos del cuerpo
Jajajaja, qué burro!
El Alien!
Hay madre, quién te dio esta gracia para escribir? eres única, pero aunque el final del embarazo te resulte tan pesado, recuerda que es tu tiempo aún es tuyo,
😘😘
Yo creo que fueron las hormonas, jajajaja.
Ahora, a toro pasado… Ay, cómo extraño estar solo embarazada, poder ir al baño sola…
Una cosa te digo, me pienso cobrar cada noche en vela, cada irrupción en el retrete… Éste va a fregar más platos que en la mili.
Un besazo!
Es que me meo toa!!! Pero, corazón de buen alma, eres consciente de que Pablo sabrá que le has llamado Alien???? Porque antes o después esto pasará, que lo sepas. También te diré que en cuanto nazca, estas noches te parecerán maravillosas comparadas con las que te esperan, y no es por meter cizaña, jjjjj
Ay, «corazón de buen alma» (me ha encantado).
Si yo te contara los motes que tiene y la difusión de los mismos…
Ya no pertenecen exclusivamente al ámbito doméstico, los ‘compiparque’ y sus respectivas mamis, también le llaman «Croqueto». Iré al infierno por esto.
Un abrazo y gracias por pasar y comentar!!
Me parto contigo, tía.
Estoy deseando que lo tengas ya, solo por leerte como madre, jajaja eso debe ser ya…
Miedo me da, tampoco sé si aprovecharé el tiempo para dormir y retomaré el blog cuando se vaya a la uni.
Un besote!
Me he reido bastante
Me alegra!!
Ay, compañera cómo te entiendo. Se me está haciendo eterno el embarazo.
Te pegas ocho meses contando días… y cuando llega el dicho día del parto… No pasa nada.
Esto es entre decepcionante y torturador.
Un abrazo, mi niña y ánimo que de esta salimos.
Como no acabe pronto esto….
Salimos, sí, en los sucesos también te digo.
Abrazo de lado antirebote de barrigas.