CARTA A PAULA

Aún no has nacido y ya te quiero con locura

Dice una tocaya tuya que «sois semillas estelares flotando en el universo, que vosotras elegís nacer y escogéis quién será vuestra mamá, quien os acompañe, cuide y enseñe todo lo que necesitáis en la vida para convertiros en mujeres independientes y, en medida de lo posible, felices».

No sé si esto será así, lo que sí sé con certeza es que viniste por sorpresa y (en el momento que me hice a la idea, y se me pasó el susto inicial) te empecé a querer.

A querer con locura, una mezcla de incredulidad, instinto, ternura… Y bien alineados, cabeza, corazón y «cojones«.  Sí, cojones, porque, aunque sería más preciso poner ovarios, no queda igual de contundente, también te lo digo. Y son cojones los que hacen falta para traer una personita, con todo lo que ello conlleva, a este mundo.

De toda este torbellino de emociones surge un enamoramiento «primario» una necesidad de protegerte, de amarte como jamás he amado a nadie, de darte todo lo que pueda (y lo que no pueda también) dedicarme en cuerpo y alma a hacer que cada día en este mundo, sea el mejor de tu vida.

Paula, hay tantas cosas que no me veo capaz de enseñarte… Porque… Soy un desastre como persona, una aprendiz de la vida, una principiante como mamá, y es que, aún no me hago a la idea, parafraseando a Almodóvar…

«Voy a ser MAMÁ», ay, MAMÁ.. no termino de acostumbrarme.

Tengo memoria de pez, en realidad, me quedo con las caras pero luego no las asocio con sus nombres. Así que, en un despliegue de ingenio, saco cualquier tema, enlazando uno con otro, para intentar averiguar el nombre o (al menos) situar a la persona que me habla, en algún contexto.

Y es que, mi niña, no sé si me habrás elegido.

Pero de ser así, has demostrado poco criterio.

No me canso de cometer errores, a veces el mismo una y otra vez (soy como esas moscas que se estampan contra el cristal una y otra vez, pero no decaen en el intento, en plan… A ver ahora, y ahora, ahora sí).

Hablando de tropezar…

También soy bastante torpe, hay días que siento la necesidad de advertir a los transeuntes:

«Por favor, protejan a sus niños, resguarden a los ancianos, que voy a salir».

Y es que (muy a mi pesar) me voy tropezando con el mobiliario urbano, chocándome con todo aquél que encuentre en mi camino o pisando gente en el autobús.

También soy olvidadiza, me dejo el bolso en cualquier lado.

Guardo las cosas importantes bien, pero tan, tan bien, que luego no las encuentro y me consuelo diciéndome: «pues nada, misión cumplida, mejor guardadas no podían estar».

Por si esto fuera poco, soy una malqueda, siempre digo: «la próxima semana te llamo»… Pueden pasar meses, a veces años.

Con semejante currículum, si esto fuera una entrevista de trabajo, supongo que ya estaría más que descartada.

Así que, permíteme que tenga mis dudas sobre la teoría «starseed».

Y que, cariño, entre todas las madres posibles, me escogiste a mí.

A pesar de todo esto, lo voy a intentar con todas mis fuerzas, voy a hacerlo por ti, porque seas feliz.

LO VOY A HACER BIEN

Te quiere

Mamá